jueves, 23 de junio de 2011

Nunca se conoció un amor tan grande como el que sentía la delicada princesita por el apuesto principe.
Pero un dia todo acabo, nada es para siempre, entonces la princesa llora, llora llena de dolor y amargura. Desesperadamente, pensando el ''por qué'' de la situación. Pues todo sucede por algo.
De repente podremos encontrarnos con dos imagenes del príncipe;
-Llorando, lleno de rencor o tal vez, de culpabilidad. Porque ella le dejó... o él a ella queriéndola.
-Riendo, sin culpabilidad alguna. Pues este hombre jugo con ella.

Estas imagenes de esta historia de amor, varían según el la quisiera, o no.
Y esta historia también varía varía si en el final la chica la quería, o no.
Ahora uno de los dos, la princesa, o el príncipe tiene que dejar que el pasado sea eso, pasado
Y así se repite esta frecuencia una y otra vez, con un príncipe o princesa distinto. Un amor diferente.
Los amores siempre dejan huella, sea una historia mala o buena, y por esto mismo cuando uno de estos personajes cambie de amor, sin quererlo, recordará momentos vividos y pensamientos referentes a ese ''ojalá'', ojalá hubiese habido otro final, feliz.
Pero esta vida no es de rosas, no todo conlleva finales felices.

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